Vehículo muy poco confiable o en mal estado, que parece caerse a pedazos con un suspiro.
Nos montamos todos en la guarandinga de Juan y al primer arrancón ya se le cayó el silenciador.
Vehículo destartalado que parece un milagro que aún ande. Es como el éxito sobre ruedas en mantenerse funcionando contra toda lógica.
No sé cómo llegamos a la playa en esa guarandinga sin perder una rueda.
Nombre cariñoso para referirse a un vehículo viejo y destartalado que todavía logra moverse. Una joya mecánica sin garantía de llegar a destino pero siempre te saca de apuros.
Nos fuimos en la guarandinga pa' la playa y llegamos con más suerte que nunca, aunque quemando aceite todo el camino.