Cuando una persona se viste con lo mejor que tiene para impresionar a los demás, su colección de ropa parece un desfile.
Mira cómo llegó Carlos a la fiesta, ¡venía luciéndose como si fuera a un certamen!
Interjección y comodín aragüeño por excelencia; sirve para expresar sorpresa, molestia, o simplemente adornar cualquier conversación. Es como el ketchup: va con todo.
¡Verga! Oí que Pedro se lanzó del puente porque le debía al tragamonedas.
Acción de husmear o investigar chismorreos ajenos con un interés casi detectivesco. Se utiliza para referirse a esa persona que no puede dejar de meterse en los asuntos de los demás.
Epa, Mariela, deja el curucuteo, ¿qué tanto averiguas sobre la vecina nueva?
Usado para describir a alguien demasiado necesitado de atención o que siempre quiere estar en el centro de la fiesta como un foco.
Ese Andrés no deja de ser un rebimbillo, siempre aparece con luces y música cuando llegamos a la playa.
Expresión utilizada para describir cuando alguien está inventando o diciendo cosas exageradas. Es como decir que está hablando más de lo que tiene, pura fanfarronería.
Ay, Juan siempre se cae a ciruelas diciendo que conoce a Luisito Comunica.
Expresión utilizada para referirse a alguien que habla demasiado o sin parar. Se dice en tono jocoso cuando una persona no deja de charlar.
Chamo, esa jeva se mete unas habladeras. Al rato me dieron ganas de arrancarle la lengua.
Forma cariñosa y exagerada de decir 'todo' cuando quieres impresionar o hacer énfasis en que no se te escapó ni una.
¡Me comí toditico el pabellón y ahora no puedo moverme del sofá!
Expresión para referirse a darle mucho esfuerzo o dedicación a una tarea, generalmente sudando la camiseta.
Ese carajo le echa la gota todos los días en el gym, por eso está como quiere.
Expresión utilizada para referirse a alardear o presumir exageradamente sobre algo que se tiene o se ha logrado, usualmente adornando un poco los hechos.
Carlos pasó toda la tarde echándole la charlita a sus amigos sobre su carro nuevo, hasta que alguien le preguntó por qué no lo sacaba del taller.
Frase relajada y cómica que significa 'dormir profundamente'; porque cuando te 'echas a la tumba', ni una bomba te despierta.
Ayer me eché a la tumba y no escuché ni el aguacero.
Expresión que describe ese sentimiento de decepción o fastidio cuando las cosas no salen como esperabas, especialmente en situaciones cotidianas. Es como decir 'qué molleja' pero con más sabor aragüeño.
Estaba en la cola del metro y justo a mí se me cerraron las puertas... ¡Qué bajón!
Dícese de la persona que anda a mil por hora, siempre activa y sin freno como si tuviera un motor en las venas.
Desde que Juana consiguió ese nuevo trabajo, anda como una turbina, ni tiempo tiene para el cafecito.
Expresión usada cuando alguien está tan hambriento que literalmente se comprometería con la comida del puesto callejero, especialmente esas empanadas rellenas de queso.
Chamo, tengo tanta hambre que me casaría una empanada ahorita mismo.