Se usa para describir a una persona que siempre se está arrastrando por un amor no correspondido, casi como un rancho sin agua.
Dejen de molestar al Juancho con Laura; pobre pescao sigue mandándole mensajes aunque ella ni le conteste.
Se refiere a alguien que cae fácilmente en una broma o estafa, como pez que muerde el anzuelo sin pensar.
Mirá al Juancito, otra vez compró un celular trucho por internet. Ese muchacho es más pescao que los del río Paraná.