¿Qué significa "Dar la lata"?
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Molestar o fastidiar a alguien de manera insistente.
"¡Deja de darme la lata con tus preguntas! Estoy intentando concentrarme, tío."
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Es una manera castiza de decir que alguien está siendo molesto o insistente. Vamos, cuando te incordian tanto que tu paciencia se esfuma como churros en domingo.
"Marta, deja ya de dar la lata con tu serie favorita, que esta tarde no me pienso mover del sofá."
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Expresión usada para referirse a alguien que habla tanto que aburre, como un loro con café.
"¡Córtala ya, Pancho! Estai puro dando la lata con esa historia del perro volador."
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Manifestar una y otra vez ideas absurdas o teorías locas mientras se está entre amigos, particularmente esos momentos memorables cuando después del tercer rebujito cualquiera se convierte en experto de todo y todos.
"Carlos, en serio tío, deja ya de dar la lata con tus planes para vivir del trueque. No me imagino pagando el alquiler con macetas."
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Hacer un escándalo monumental exhibiendo dotes artísticas desafinadas tras beberse más de lo recomendable; vamos, dar una 'actuación' improvisada cual estrella en la ducha pero en público.
"Anoche Jordi dio la lata cantando 'Bésame mucho' con voz de gato enfadado, ¡el camarero le tuvo que subir el volumen a la música para taparlo!"
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Intentar continuamente llamar la atención en una reunión social interrumpiendo con chistes malos o relatos inacabados, como si cada historia fuera un preludio heroico de algo épico que nunca llega.
"Ay, Nico, ya deja de dar la lata contando cómo casi te encuentras con Lionel Messi por quinta vez. Al final nunca lo viste pero parece que aún tienes esperanzas."
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Actitud típica durante una sobremesa larga cuando alguien posee el arte de la repetición: no se cansa de contar cuán salamero es su nuevo jefe favorito, llegando al extremo entre bostezo y bostezo al recitar hasta sus remedios contra el dolor de cabeza.
"Patricia, qué regalito nos haces. Llevas dos horas dando la lata sobre lo buenazo que es tu nuevo jefe, ¿estás escribiendo su biografía o algo así?"
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Enterarse de nuevas cotilleos y no poder detener las ganas de contar todo lo oído a los cuatro vientos, sin dudar lo cargante que pueda ser.
"Marina va por el mercado dando la lata sobre Pepe y su supuesta aventura, cuando ni sabe quién es; pero eso sí, distribuida está como volante de supermercado."
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Convertirse en el dj improvisado de todo convivio familiar con una playlist que solo uno aprecia; ponle tú pura música banda alternada con reggaetón del añejo y trova para rematar.
"¿Otra vez Lorenzo? Ya estás dando la lata poniéndonos esas canciones que parecen un terremoto sobre tejados de escarcha, ¡nadie aguanta esto más de una rola!"
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Cuando alguien interrumpe constantemente con historias de mareos del ferry, esas aventuras marinas que casi todos prefieren olvidar. A los diez minutos ya necesitas tu propio salvavidas mental.
"Miguel, deja de dar la lata con tus cuentos molinos sobre el último viaje a La Palma, que mareos y gofio no embelesan tanto como pareces pensar, ¡sea por Dios!"