¿Qué significa "Bregar"?

  • Esforzarse intensamente para conseguir algo, especialmente en situaciones difíciles.

    "En Cuba, dicen que hay que bregar duro para salir adelante en la vida."

  • Jugar eternamente a la lotería nacional con la esperanza de que te toque, mientras sueñas despierto con lo que harías si ganaras un pastón, justo antes de enfadarte porque nunca sale tu número.

    "Mi abuela lleva años bregando con el gordo; dice que cuando le toque, nos mudamos todos a un lugar donde ni el Renacimiento pueda encontrarnos."

  • Tratar de entender las reglas de los castellers y quedar atrapado en un ensayo de tradición catalana, solo para acabar en la cima del castell pegándote el susto al mirar abajo.

    "Macho, me puse a bregar con mi colega sobre ser casteller y terminé balanceándome arriba mientras rezaba como si hubiera tragado agua bendita."

  • Intentar desesperadamente convencer a tus amigos de que la salsa más picante no te afecta, mientras tu frente suda como rio tropical.

    "Ayer estaba bregando en la taquería y casi me derrito cuando le puse una tremenda cucharada de esa salsa infernal; eso sí, seguí diciendo con orgullo que era 'cuestión de empezar bueno el día'."

  • Participar fervientemente en un platito de cebiche en el mercado sabiendo que después viene la temida batalla digestiva, pero lo vale por cada mordisco.

    "Cholo, estaba bregando ayer con ese cebiche bien ricotón, y aunque estuve pegado al trono toda la tarde, mereció juzgar cada bocadito."

  • Tratar de clavar las letras del tango en un karaoke, con la pasión desbordante de un amante despechado que siente cada verso como si fuese puñal al corazón.

    "Estuve bregando toda la noche en el karaoke con 'Nostalgias', entre tragos y llantos, como si Gardel mismo estuviera tomando fernet a mi lado."

  • Experimentar una situación 'complicada' tratándose de sobrevivir el tráfico en la glorieta del pueblo un viernes por la tarde, con meriendas y música a todo volumen para no volverse loco.

    "Estaba bregando en la tontería de doblar en la glorieta y parecía que hasta los semáforos querían joinearle el tapón."

  • Refunfuñar intensamente durante una mascletà por el ruido ensordecedor, mientras secretamente amas el caos y vuelves cada año a disfrutar lo mismo.

    "Ahí estaba el Pepe, bregando durante la mascletà como si no pudiera aguantarlo, pero lleva más petardos en la mochila que un ninot tardío."

  • Ir de pintxos con el objetivo decidido de encontrar el mejor bacalao, pero paso a paso terminas subiendo por una escala culinaria absurda que acaba en algas fritas y mousse de pimientos.

    "Ay la cuadrilla, que al final de ir bregando entre tabernas por buena angula nos encontramos comiendo una espuma de setas raruna y riendo como críos."

  • Participar en debates acalorados e intensos en una terraza sobre quién hace la mejor tortilla española, sin tener ni idea de cómo cocinar uno mismo.

    "Ayer estuve bregando con mis colegas en la plaza dos horas discutiendo si con o sin cebolla; ni puta idea, pero a ver quién me hacía callar."