Expresión usada cuando alguien está en forma cansada o desanimada, como si cargara un peso invisible que no lo deja avanzar.
Hoy Juan está con la vara, ni para ir por unas cervezas se anima.
Acto de hacerte el desentendido o ignorar intencionalmente a alguien, como cuando ves al profe en la calle y decides cambiar de acera.
Vi a mi ex en la plaza y tuve que lonchar para evitar una conversación incómoda.
En Ayacucho, cuando alguien está 'trazado', significa que está totalmente confundido o perdido, como si el mapa de su vida no tuviera rumbo fijo.
Después de tanto estudiar para el examen y no recordaba nada, estaba más trazado que cuy en feria.
En Ayacucho, cuando uno dice que se va al 'jato', en realidad está refiriéndose a su casa. Es una forma más pintoresca de decir hogar.
Después del festival, nos fuimos al jato a seguir la jarana con un buen matecito y guitarras.
Expresión ayacuchana que se usa para referirse a alguien que llega tarde. ¡Más lento que un domingo sin pan!
Ese Raúl siempre llega q'apachurro, ya podríamos haber cenado tres veces esperando.
Modo cariñoso de llamar a casa. En Ayacucho, después de un día duro, nada mejor que descansar en el jato como si fuera tu pequeño castillo.
Voy al jato a tirarme un ratito porque este calor me está matando.
En Ayacucho, 'cestear' es sinónimo de corretear o pasearse por diferentes lugares con la intención de socializar y pasarla chévere.
Ayer salimos a cestear por el centro y terminamos bailando en una peña hasta las tantas.
Apodo cariñoso para alguien que siempre se despierta tentado de desayunar un buen charqui desde las primeras horas de la mañana.
Ese Juan sí que es un charqui-sapi, ya está masticando carne seca antes que el gallo cante.
Expresión que se usa para referirse a alguien que está armando un escándalo o drama, como si estuviera pintando una obra maestra en plena vía pública.
¡Oye, no te pongas a pintar mural por algo tan pequeño! Relájate un poco.
Expresión ayacuchana que significa dejar un lugar hecho un desastre, como si hubiera pasado una tormenta y no un huracán.
Después de celebrar el cumpleaños de Juanca, todos se fueron y me dejaron sembrada la choza
Término usado para describir esas mañanas frías y resbalosas de invierno en el campo, cuando el barro te juega una mala pasada.
¡Ayer fui al mercado todo patachoca y casi me doy un porrazo con el papacito del paradero!
Un lugar donde se mezclan la pachanga y la chacra; azúcar, música andina y chicha fuertes son ingredientes garantizados.
Después de la feria, todos nos fuimos al Chacra-pub a bailar huaynitos hasta que salga el sol.
Expresión usada cuando alguien se siente estafado o engañado; ¡te han pasado el cuentazo!
Compré un celular en el mercado, pero no prende. Estoy choreado.
Expresión ayacuchana para describir cuando alguien ha tenido una noche de juerga intensa y al día siguiente lleva la cara más fastidiada que deberes sin hacer.
Después del festival, apareció Juan con cara de ¡qué tal milco! Parecía que había olvidado cómo dormir.
Estar medio confundido o sin enterarse de lo que pasa a tu alrededor. Básicamente, cuando andas más perdido que gallina en un bingo.
Después de escuchar tantas historias anoche, hoy estoy en el cabo y no entiendo nada de lo que dice la tele.
Este término se refiere con cariño y picardía a un amigo o conocido que todavía tiene cara de niño aunque ya no lo sea, con su toque dulce y travieso.
Oye, chibolito, ¿vamos al mercado? Necesito comprar algo para la cena.
Expresión cariñosa o burlona para referirse a alguien que siempre está un poco distraído o haciendo cosas graciosas.
Ese tío chalay se olvidó las llaves dentro de la casa por tercera vez esta semana.
Expresión usada cuando algo te da escalofríos o te pone la piel de gallina, justo como cuando entras a un lago helado al amanecer.
¡Ese cuentito de terror sí que me dio chiri anoche!
Dícese de alguien que está siempre inquieto o molestando, como si tuviera una pila extra. En otras palabras, un 'eléctrico' en miniatura.
Oye, compadre, deja de moverte tanto y presta atención al partido. ¡No seas electrón!
Expresión que se usa para describir a alguien astuto o pillo, como un experto en mascar hojas de coca (chacchar) que saca provecho hasta del aire.
Ese Juan es un maestro; negoció con el alcalde y terminó llevándose tres becas. Definitivamente, sabe chacchar.
Persona valiente que se le mide a todo, ya sea una fiesta, un trabajo duro o ayudar con las tareas más locas del campo. ¡Si dicen 'chacarero', uno ya sabe de quién están hablando!
Oye, ¿viste cómo Panchito arregló el tejado y luego fue a bailar? ¡Ese sí es un chacarero hecho y derecho!
Cuando algo sale tan mal que uno queda más aplastado que canchita bajo un zapato. Se usa para describir situaciones desafortunadas o epic fails.
Después de bailar reguetón sobre el charco y meterme el resbalón del siglo, tuve un lesionazo con público y todo.
Una promesa tan fuerte como un abrazo de una llama, usada para asegurar que es más cierto que el sol andino.
¡Te juro por la pachamama que no me comí tu tamal!
Reírse a carcajadas sin control, al punto de casi rodar por el suelo en medio de la chacra.
Nos jolgamos tanto con el chiste del tío Juan que hasta las llamas dejaron de pastar para mirarnos.
En Ayacucho, esta palabra se usa para describir a alguien que le encanta meter chisme o sembrar cizaña. Es ese amigo que siempre busca armar lío con sus comentarios venenosos.
No seas picaraya pues, ya bastante drama hay sin que metas más fuego.
Forma ayacuchana de referirse al desmadre total durante un pleito; donde el chisme, las risas y los gritos son inevitables.
Ayer en la plaza se armó tremenda chacota cuando dos vecinos andaban peleándose por una gallina perdida.
Utilizada por los Ayacuchanos para referirse al momento de tomar un descanso prolongado, comúnmente con una siestita incluida, después del almuerzo.
Después de ese rocoto relleno, me voy a dar un buen mañuqay en mi hamaca.
En Ayacucho, 'harinear' es la noble actividad de pedir fiado y luego desaparecer, dejando a los comerciantes con cara de pocos amigos, como si les hubieras tirado harina en la face.
No te vayas a harinear otra vez que ya te buscan en el mercado todos los días.
En Ayacucho, estar 'templado(a)' no tiene nada que ver con una iglesia; aquí significa estar perdidamente enamorado.
Desde que la conoció en la feria, Juan está templado por María. ¡Hasta aprendió a cocinar para impresionarla!
Ponerse a celebrar a lo grande, casi siempre con música, baile y uno que otro brindis. Ideal para cuando todo el vecindario se entera de que hubo fiesta otra vez.
Nos echamos la jarana el sábado pasado; hasta el perro del vecino terminó bailando huayno.
Confundir 'sumar' con cualquier otro verbo y así justificarse cuando te agarran en la mentira. Porque, ¿qué será de nuestras vidas sin un poquito de drama matemático?
No estaba coqueteando con tu prima, estaba 'sumerciendo', o sea, agregando diversión a la pachanga.
Una manera ingeniosa de decir que uno se las arregla para sobrellevar el intenso frío andino, generalmente a través de capas y más capas de ropa.
Uf, esta madrugada tuve que torear el frío con tres chompas encima para salir al mercado.
Usar ingenio para meterse en problemas de lo que sea, generalmente pequeñuelos pero efectivos.
Ese Juanito siempre está gastando quina con sus juegos pirotécnicos de medianoche.
Expresión utilizada cuando algo es extremadamente placentero, delicioso o simplemente espectacular. Es lo máximo del disfrute.
Ese picante de cuy que preparó la abuela está recontra riquito, no dejo ni las migas.
Expresión usada cuando alguien le tiene respeto o miedo a una situación, persona o cosa que parece engañosa o peligrosa, como el astuto zorro de las alturas andinas.
No quiero entrar solo al almacén de Don Pedro de noche, le tengo ley al zorro y dicen que se escucha raro por ahí.
Así le dicen en Ayacucho a un bocón, el que siempre tiene algo que decir sobre todo pero nadie le ha preguntado.
Ese Luis es bien chumbo, no calla ni para dormir.
Expresión utilizada para describir algo que está a todo dar, con estilo y sin faltar el floro. Perfecto para referirse a personas, eventos o hasta trajes típicos que destacan por su presencia.
¿Has visto la fiesta en la Plaza Mayor? Estaba tamaño guapo, me reventaron los ojos de tanto bailongo.
En Ayacucho, cuando alguien dice que se va a su 'jato', no está hablando de irse a un zapato gigante como Pinocho, sino simplemente a su casa o lugar donde vive.
Después del jolgorio en la plaza, mejor jalamos para el jato antes de que nos agarre el frío.
Expresión que significa arruinar algo o complicar innecesariamente una situación fácil, literalmente girándola como si fuera una tortilla.
Todo estaba yendo bien en la reunión hasta que Juan empezó a hacerla de tortilla con sus ideas locas.
Frase que se usa cuando uno está esperando tanto tiempo que parece una momia en el cerro, cubierta de hojas de coca.
Ya pues, apúrate que me estás haciendo caer coca con tanto esperar aquí.
Expresión usada para referirse a una excusa perfecta para armar un tonazo con los patas, sin importar si realmente hay un motivo para celebrar o no.
Oe compadre, cayó la caja de chelas ¡Vamos nomás que hoy sí se arma!
Término de cariño para referirse a alguien que consideras como un hermano del alma, un amigo inseparable. Viene con una pizca de orgullo al mencionar a ese compañero que siempre te respalda.
Ese chocherazo nunca me deja tirado, vamos juntos hasta el fin del mundo.
En Ayacucho, andar templado significa estar enamorado perdidamente, a veces tan ciego que el cerebro se va de vacaciones.
Mira al Ernesto, se ha templado mal de la Celia; tanto que ya no distingue entre izquierda y derecha.
Forma amistosa de referirse a un amigo cercano, casi como decir 'hermano' en la costa.
Oye waiki, ¿qué tal si nos tomamos unas chelas en mi jato esta noche?
Habilidad pícara para salir de situaciones difíciles, o simplemente ser astuto, pero siempre con un toque ayacuchano.
Ese 'gordo' sí sabe cómo saberla hacer: se coló en la fila y encima salió abrazado por todos. ¡Eso solo pasa en Ayacucho!
Usado para describir a alguien que está hablando sin parar y metiendo su cuchara en todo, como queriendo tener la razón siempre.
Estábamos discutiendo sobre el partido y ahí viene la juanita hallarina a decirnos cómo se juega mejor.
No es un plato de comida, sino la fiesta que empieza cuando ya todos están bien alegritos y se suelta la bomba.
Tranquilo compadre, que la hora del plato fuerte es cuando saquemos el trago escondido.
En Ayacucho, 'chacra' no solo es el lugar donde se cultiva, sino también el paraíso personal de esos abuelos que siempre encuentran alguna tarea por inventar para que no te quedes ocioso.
¿Vacaciones? Nada de eso, ¡nos vamos a la chacra del abuelo a trabajar aunque sea domingo!
Forma chévere y ayacuchana de llamar a una resaca fuerte como nunca, donde sientes que estás cruzando un oscuro túnel sin fin después de haberte metido tremendo huarique de cañazo la noche anterior.
Ñaño, ayer fuimos al tono y hoy estoy en un túnel brutal, ni el caldo de gallina me salva.
Forma coloquial y hasta cariñosa de referirse a alguien que es un poco insoportable, especialmente cuando se pone demasiado insistente.
Juan sí que es un ch'eqta, me llamó cinco veces solo para preguntar si el ceviche iba con limón o no.
Aquí no hacemos referencia al fruto naranja, sino a una forma divertida de llamar a alguien distraído o despistado. ¡Cuidado! Que si te dicen calabaza es que andas en la luna.
Oye, calabaza, deja de mirar el cielo y pásame la pelota antes de que nos ganen.