Aquí decimos 'porfiar' cuando alguien es terco como una mula; insiste tanto que te dan ganas de meterlo en un guacal hasta que desista.
No sigas porfiando, Juancho, ya sabemos todos que vas a perder esa partida de dominó.
Actitud testaruda y obstinada que toma alguien cuando se empeña en algo, incluso aunque le demuestren por A más B que está equivocado. Es como discutir con las paredes, pero peor.
Ese Juan es más porfiado que mula vieja; le dije que no se meta al agua que estaba helada, y ahí va, a hacerse cubito de hielo.
En Jujuy, porfiar no es solo insistir, es un arte de cabezonería donde el terco parece estar debatiendo con el universo entero.
No le sigas porfiando a la abuela si dice que en marzo nieva; y alistá la bufanda, porque ella nunca pierde una.
¡Dícese de los trujillanos tercos que insisten como si no hubiera un mañana! Especialmente cuando creen que tienen más razón que Wikipedia.
No seas pesao', hermano, ya te dije que el chancho volador es solo un mito, pero tú sigues porfiando como si lo hubieras visto en la Plaza de Armas.