Refiere cariñosamente a un niño o jóven, usado para recordar que siempre hay algo de frescura y travesura en nosotros.
No seas gurí, agarrá la pala y ayudame con el jardín antes de que nos agarre la tormenta.
Niño o joven.
Los gurises están jugando en la plaza.
Forma cariñosa y desenfadada para referirse a un niño o joven, generalmente travieso pero siempre encantador.
¡Ese gurí se pasó el día jugando en el barro y llega con una sonrisa tan bonita que ni bronca da!