Dícese de alguien que habla más que una radio descompuesta en las mañanitas, sin parar y con buenas historias. Usado para describir a esos cuates veracruzanos que arman la tertulia construyendo relatos por horas.
En la fiesta, Toño se puso bien chachalaco y no dejó de contar sus anécdotas del puerto.