Se usa para referirse a un trago o cerveza sorpresa que te regalan en la tienda o bar de confianza. Una muestra del arte de gozar con poco presupuesto.
Juana le dijo al tendero: '¿Me regala un milagrito para empezar bien la noche?' y salió con una sonrisa y un ron doble en las manos.
Forma divertida de referirse a esos pequeños hechos improbables que ocurren cuando menos te lo esperas en tierras salteñas. ¡A veces, es hasta el cafecito perfecto que te sale sin querer!
Che, ni sé cómo llegué a casa anoche... ¡Fue un milagrito salteño!
Dícese de esos favores inesperados que te salvan el día, como cuando encuentras ese billete olvidado en tus pantalones.
¡Hoy fue un milagrito! Justo cuando iba a pagar el almuerzo, apareció un billete de a cien en mi mochila.