Término ansioso por confundir la acción de dormir con una sesión extendida en el gimnasio del ronquido. Ideal para cuando el recuerdo te invade mientras echas la siesta.
Después de almorzar esa pachamanca, me quedé jateando como un oso.
En Arequipa, cuando decimos 'jatear', no hablamos de tarea escolar sino más bien de la placentera actividad de dormir como un oso en invierno.
Después del almuerzo, me voy a jatear un rato porque el rocoto relleno me dejó fulminado.