Acto de pasearse despreocupadamente por la vida como un velero en el viento, generalmente sin rumbo fijo ni demasiadas preocupaciones.
Mira a Jairo allá velereando por el parque, no le importa nada más que sentir la brisa en la cara.
Acción de dar vueltas sin rumbo fijo, como un velero a merced del viento; generalmente implica salirse un rato de la rutina.
Hoy no tengo ganas de trabajar, mejor me voy a velerear por el centro para ver qué se cuenta la gente.