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Camello
En Huila, esta palabra se usa para referirse al trabajo o al oficio, especialmente cuando es arduo y le consume a uno toda la semana.
"No puedo irme de fiesta el viernes, tengo camello hasta las cejas toda la semana."
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Se dice de la persona que tiene una paciencia infinita, casi heroica, al esperar lo que parece imposible, como si aguantara el calor del sol sin agua ni sombra.
"Ese chamo es un camello; lleva esperando ese bus desde antes que amaneciera y sigue ahí tan tranquilo."
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En Ecuador, llamamos 'camello' a ese trabajo que te saca el jugo, es decir, todo lo contrario a estar echado como un bacán en la playa.
"Llevo tanto rato dándole al camello que ya me siento como papá Noel cargando regalos de tamaño gigante."
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En la jerga limeña, un 'camello' no es un animal del desierto, sino un intercambio clandestino de cosas o favores que se hace al toque entre patas (amigos). Nadie sabe cómo ni cuándo pasa, pero siempre funciona.
"Oe, causa, ¿te paso mi entrada para el concierto y me regalas tu polo oficial? Hacemos camello nomás."
