Expresión utilizada para referirse a algo increíblemente fácil de lograr o conseguir, como si te hubieran puesto una oferta irresistible en bandeja de plata. A menudo usada para resaltar la suerte o la mínima dificultad en una situación.
¡Mirá hermano, me encontré cincuenta pesos tirados en la calle! Eso estaba más fácil que papaya de Troya.