Oigo, pero no escucho
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Usado para describir esa habilidad manchega de asentir mientras el interlocutor desfila una parrafada tan larga que ya uno ha desconectado mentalmente. Perfecta para sobrevivir a tertulias eternas en las plazas.
"La abuela se puso a contarme por tercera vez su historia de juventud y yo le dije: 'Sí, sí, abu, oigo, pero no escucho'."