En La Guaira, cuando le echas azúcar a algo no es que cocines dulce. ¡Es que estás aderezando la situación con un poco de coqueteo o romance! Los guaireños saben cómo ponerle sabor al amor.
Mira, pana, si quieres que esa chama te pare bola, tienes que echarle azúcar y dejar esa seriedad.