Expresión bogotana que significa tratar de impresionar o conquistar a alguien con palabras bonitas (a veces un poco exageradas). Así como adornar una conversación para endulzarla.
Juan se la pasó echando caramelo a Laura toda la noche; ya pareció una fábrica de dulces.
Frase que se usa para describir cuando alguien está tratando de suavizar la situación o persuadir a otra persona con halagos y palabras dulces. Básicamente ser el Shakespeare del regateo romántico.
No te dejes engañar por Juan, él siempre anda echando caramelo para que todos hagan lo que quiere.