Es cuando te quedás varado o atrapado en un lío del que no sabés cómo salir, como meterse a navegar sin mapa por estas islas.
Te fuiste de fiesta y olvidaste pedirle permiso a tu mamá, ahora sí que te empantanas hasta el cuello.
Expresión que significa relajarse tomando un buen trago, ya sea una bebida alcohólica o algo refrescante como un jugo.
Después de tanto trabajar en la playa, nada mejor que echarse un guarapo bajo una palmera.
Expresión que se usa cuando alguien quiere salirse con la suya usando el viejo truco de hacerse el desentendido o fingir ignorancia. Arte que dominan algunos margariteños para librarse de problemas.
Juancho siempre echa un camuterazo para no lavar los platos, y al final lo hace su hermana.
Persona que se comporta como un rey absoluto en la playa: desde controlar la música hasta jugar al dominó con actitud de campeón.
Mira a ese 'señor de playa' pidiendo pescado frito como si estuviera en un restaurante cinco estrellas rodeado de arena.
Expresión usada para referirse a tomar una siestica rápida después del almuerzo, fundamental en el Caribe cuando la comida te deja pegado al sofá.
Ya va, mi pana, primero me echo un palmentao y luego nos vamos pa' la playa.
Palabra usada para referirse al dormitorio o cuarto de alguien con mucho desorden, como si un huracán tropical hubiera pasado por ahí.
"Chamo, tu jara se parece a la isla después de un vendaval... ¿Cuándo piensas limpiarla?"
Dícese de cuando alguien está a punto de quebrarse emocionalmente, como si balanceara en una tabla inestable. Ideal para los momentos dramáticos.
Después del examen de mate, Pedro estaba en la tablita y cualquier cosa lo hacía llorar.
Expresión para referirse a estar sin dinero. Como cuando te quedas sin champú y tienes que lavarte el pelo con lo que encuentres.
No puedo salir esta noche, estoy más pelao que rodilla de chivo.
Irse de fiesta como los grandes; disfrutar de la buena vida en la isla con bebida y jolgorio hasta que el cuerpo aguante.
Chamo, anoche nos fuimos a Juan Griego y nos echamos una ostra que ni te cuento. ¡Todavía me duelen las piernas de tanto perreo!