Cuando dos personas se entienden tan bien y actúan de manera tan coordinada que parece que pueden leerse la mente. En Antioquia, es esa conexión única que permite saber lo que el otro piensa antes de que siquiera hablen.
Juli y yo estamos tan sincronizados que con solo mirarnos sabemos si vamos por arepita con queso o chicharrón en el desayuno.