• ¡Estás que no friegas una abeja!

    Dícese de alguien increíblemente flojo o inactivo, al punto que ni molesta a una abeja. Básicamente, es la forma campechana de decirte que eres un perezoso de primera categoría.

    "Juanito, ponte las pilas y lava los platos por lo menos, ¡andas que no friegas una abeja!"