Frase usada para referirse a cuando alguien se está quedando con más dinero del que le corresponde en un negocio o en una apuesta. Siempre hay uno en el grupo que 'eleva la torta' y nadie se da cuenta hasta el final.
En el truco de anoche, Juan estuvo elevando la torta todo el tiempo y aún así perdió ¡Qué caradura!