Tirar bromas a alguien como si no hubiera un mañana; básicamente, una versión local de 'romper amistosamente' que en ocasiones se puede sentir como recibir unas sandías de broma en la cara.
No más llegué con el corte nuevo y ya todos me andaban echando carrilla diciendo que parecía piña colada.
Forma amistosa de burlarse o hacer bromas a alguien, normalmente entre amigos. Es como dejar caer picardías solo para ver cómo reaccionas sin malos rollos.
Juan siempre me echa carrilla por cómo bailo en las fiestas, pero sabe que soy el rey de la pista.