Expresión usada para referirse a alguien que llega con mucha energía, entusiasmo o incluso nerviosismo a un lugar, como si estuvieran persiguiéndolos una estampida de fiesta.
Cuando Juan llegó al party, parecía que venía asalvajado: tumbó la puerta y se puso a bailar la Macarena encima de la mesa.