Quedarse sin dinero ni un peso en el bolsillo, como cuando exprimes una naranja hasta que ya no queda jugo.
Después de la fiesta me quedé tan seco que tuve que pagar el bus con sonrisas.
Significa estar falto de dinero, en la prángana total. Cuando tu cartera apenas tiene aire.
Ayer quise invitarle un café a Lupe, pero con la quincena tan lejos, estoy seco.