Se dice de aquel que estudia tanto que podría sacarle brillo a los libros. ¡Ojo! No es que lea por placer, sino que vive con ellos como si fueran su roomie.
Juan se pasó el fin de semana encerrado; madre mía, qué empollón está hecho, parece que se ha leído dos enciclopedias más.
Dícese de la persona que estudia hasta quedarse hostiado y siempre está preparada para cualquier examen con más libros que una biblioteca antigua.
Ese Miguel es un empollón de cuidado, si suspende me leo 'El Quijote' al revés y bailando sevillanas.